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                                                               Maratón del 24 de Mayo de1910

 

El 24 de mayo de 1910 –en la víspera del día D del Centenario en 1910– ocurrió uno de los hechos más olvidados de la historia del deporte en la Argentina.

Se corrió en Palermo un maratón de 42 kilómetros. Fue en la Sociedad Sportiva), cuya pista tenía alrededor de mil cien metros. Por lo tanto, los competidores debían dar 37 vueltas y media.

De punta a punta, ganó un corredor italiano que le sacó más de una vuelta al segundo. Podía distinguirse con facilidad porque era el más bajo de todos, era el único que usaba pantalón negro y en el pecho, adosada a la remera, ostentaba la bandera de Italia. Se llamaba Dorando Pietri y fue el protagonista del momento deportivo más dramático en la historia de los Juegos Olímpicos de la Era Moderna. 

El maratón se inició a las dos y media de la tarde, ante un calor sofocante que iría diezmando a los 56 competidores. A sólo tres kilómetros del final, Pietri alcanzó la punta luego de realizar un esfuerzo sobrehumano. Extremadamente agotado, ingresó al estadio y recibió la ovación de 75.000 espectadores. Debía correr los metros finales, los más dramáticos que jamás se hayan visto.

Por empezar, en cuanto puso un pie en el estadio, estaba mareado y dobló en forma errónea hacia la derecha; debieron indicarle que era hacia el otro lado. Dio unos pasos en el sentido correcto y cayó desplomado. Desde las tribunas clamaban que lo asistieran. Un médico y un comisario deportivo lo ayudaron a incorporarse. Con el resto de sus fuerzas reinició la marcha, pero volvió a caer.

Esta acción se transformó en una constante: en ese corto trecho caerá de nuevo. Extenuado, empujado por la inercia de un estadio que lo alentaba hasta las lágrimas, Dorando Pietri cruzó la meta y se desmayó. Fue retirado en camilla.

John Hayes, estadounidense, llegó segundo. Los representantes de su país reclamaron que se descalificara al italiano por haber recibido ayuda. Les dieron la razón y Haynes ganó. A pesar de que se actuó de acuerdo con el reglamento, eran muchos los que consideraban que Dorando venció, sino la carrera, al menos sus límites. Por eso, pocos días después la reina le entregó una copa de oro al atleta que volvió a recibir el reconocimiento del estadio. El héroe de 1908 en Londres sería el ganador del maratón corrido en la Argentina, en 1910. Fue la última vez que Pietri –quien llegó a Buenos Aires acompañado por su hermano, Ulpiano– corrió este tipo de carrera. Para muchos porteños pasó desapercibido, ya que ese día Buenos Aires vivía a un ritmo vertiginoso la cuenta regresiva del primer Centenario de la Patria y otras celebraciones eclipsaron la carrera.

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